Después de hacer, por segunda vez, el doble retrato que me encargó mi último cliente, y tras entregárselo y decir que le encantaba y pagármelo, horas más tarde decide que ya no le gusta y que quiere devolverlo.
Alega una serie de evidentes y sólidos argumentos, como que se nota que es algo realizado "rápido y corriendo" (unas 20 horas de trabajo....si, sin duda la premura está clara); que es muy caro (realizar un retrato de dos personas por encargo, personalizado y artístico por la friolera y escanadalosa cifra de 100euros ) ; que no tiene manos (algo imperdonable en un retrato, por aquello de que dan personalidad al rostro); y todo ello siendo inevitable comunicármelo a una hora muy prudente y correcta (lunes, 8:30 de la mañana).
Todo ello me hace pensar y resumir de la siguiente forma: "no están hechas la perlas para los cerdos"
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Ay, Sandris, ¡qué título más adecuado! Pero, vamos, lo que ya sabemos, que la gente que no tiene educación lo demuestra en todas las formas posibles. ¡Y porque no se les ocurren más!
ResponderEliminarUn besote, artistaza.
Pues sabes lo que pienso yo, qué ya se lamentará "tu cliente" cuando tus retratos cuesten "100 mil" euros. Parece que es la única forma de que la gente aprecie el arte y valore el trabajo que hay detrás...
ResponderEliminar¿Le devolviste el dinero y te entregó el cuadro finalmente? Me gustaría verlo, ¿podría ser?
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